Descripción científica, fenomenológica y poética

Texto 2
A. DESCRIPCIÓN CIENTÍFICA
Actualmente sabemos que ni los átomos, ni los protones y neutrones, dentro de ellos, son indivisibles. Así la cuestión es: ¿cuáles son las verdaderas partículas elementales, los ladrillos básicos con los que todas las cosas están hechas? Dado que la longitud de onda de la luz es mucho mayor que el tamaño de un átomo, no podemos esperar “mirar” de manera normal las partes que forman un átomo. Necesitamos usar algo con una longitud de onda mucho más pequeña. Como vimos en el último capítulo, la mecánica cuántica nos dice que todas las partículas son en realidad ondas, y que cuanto mayor es la energía de una partícula, tanto menor es la longitud de onda de su onda correspondiente.
Así, la mejor respuesta que se puede dar a nuestra pregunta depende de lo alta que sea la energía que podamos comunicar a las partículas, porque ésta determina lo pequeña que ha de ser la escala de longitudes a la que podemos mirar. Esas energías de las partículas se miden normalmente en una unidad llamada electrón-voltio. (En el experimento de Thomson con electrones, se vio que él usaba un campo eléctrico para acelerarlos. La energía ganada por un electrón en un campo eléctrico de un voltio es lo que se conoce como un electrón-voltio). En el siglo XIX, cuando las únicas energías de partículas que la gente sabía cómo usar eran las bajas energías de unos pocos electrónvoltios, generados por reacciones químicas tales como la combustión, se creía que los átomos eran la unidad más pequeña. Más recientemente, hemos aprendido a usar los campos electromagnéticos para que nos den energías de partículas que en un principio eran de millones de electrón-voltios y que, posteriormente, son de miles de millones de electrón-voltios. De esta forma, sabemos que las partícula que se creían “elementales” hace veinte años, están, de hecho, constituidas por partículas más pequeñas.
Stephen W. Hawking, Historia del tiempo.
B. DESCRIPCIÓN FENOMENOLÓGICA
Concentremos la atención en esta mesa. Para la vista es ovalada, oscura, brillante: para el tacto, pulimentada, fría y dura; si la golpeo, produce un sonido de madera. Cualquiera que vea, toque la mesa u oiga dicho sonido, convendrá en esta descripción; pero desde el momento en que intentamos ser más precisos empieza la confusión. Aunque yo creo que la mesa es “realmente” del mismo color en toda su extensión, las partes que reflejan la luz parecen mucho más brillantes que las demás, y algunas aparecen blancas a causa de la luz refleja. Sé que si me muevo, serán otras las partes que reflejarán la luz, de modo que cambiará la distribución aparente de los colores en superficie.
Bertrand Russell, Los Problemas de la Filosofía.
C. DESCRIPCIÓN POÉTICA
Él con sus alas era
la energía,
la dirección, los ojos
que vencieron
sol y sombra:
el ave
resbalaba en el cielo
Pablo Neruda, Oda a un Albatros Viajero.






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